Zoociedad

Algunos pintores parece que emergen del inconformismo; no quieren saber del pasado ni de los movimientos estéticos insurreccionales. Pero hay otros, muy pocos por cierto – que pintan bajo un “ideario”, definiéndose como iconoclastas, insatisfechos por el caos social y político, por el desorden, el desgobierno y por la pasividad e inercia de la vida cultural. En este escenario hemos conocido a Richard Peralta , primero a través  de sus obras en algunas muestras colectivas; ahora nos hemos acercado a su taller , allí lo hemos encontrado amarrado a su sencillez y desatando sus “agresividades” contra los formalismos y las poses teatrales.

Su obra, nos ha conducido inmediatamente a un pintor europeo, El Bosco (1540), ese artista anticatólico, polémico, maldito, que  creó novedades iconográficas, imágenes y símbolos de espacios oníricos, mórbidos, personajes dentro de una compleja figuración compositiva, como predecesor del surrealismo. Y como si fuera la reencarnación aparece Richard Peralta, con su carga visionaria en este país , en esta ciudad de de oscuridades estéticas invisibles pintando sus colores irreales, dibujando con el color figuras y símbolos (animales, hombres, insectos, carnes) con absoluta independencia claro, contrastado, brillante, caminando así hacia definiciones plásticas insistentes, dentro de una dialéctica expresiva, quizás por estar ubicado en submundos subterráneos y vivir con espíritus   insatisfechos, como muchos pintores comprometidos en el arte de la vida.

Las formas surrealistas, expresionistas, se acercan a esta realidad perversa, y le dan los datos para sus obras experimentales. En esta búsqueda, que muchos otro solo pregonan, pero no practican, Peralta si esta mirando y sintiendo al hombre y sus miserias para convertir su pintura en un dibujo abigarrado y resuelto, inmovilizando a sus personajes con el rojo, su color preferido.

En sus lienzos de mediano formato se mueven cadáveres, hombres retorcidos, rostros, manos, insectos, raras combinaciones de seres que gimen; todo eso crea sensaciones desconcertadas, a veces sórdidas en una forma de Psicoanálisis plástico.

En este proceso experimental usa diversos matices: óleos, collages, papeles, esculturas en bloques y en pasta de yeso; así nacen cuerpos homúnculos que hará despertar al espectador común y al sensible. Importa en la obra de Peralta la pintura expresiva como un acto teatral satírico, trasmitiendo desordenadamente sus estadios afectivos caóticos. Esta  es su gramática pictórica .

Felizmente es autentico y muy devoto de su obra y del arte. Que siga así con sus demonios, con su espíritu transgresor.

Cusco Julio 2001
Manuel Gibaja